lunes, 24 de diciembre de 2012

#2 Archivo: Los Shintousin

Narutomundopedia, 1º Entrada: Los Shintousin.


Años antes del establecimiento de la nueva Era Ninja, cuando el mundo se regía por la lucha eterna entre los Señores Feudales de los diversos países y sus ejércitos de mercenarios contratados entre los clanes de sus dominios, no había una ley válida que se aplicara para todos los ciudadanos de las distintas ciudades, lo que causaba desajustes económicos y comerciales, sin contar con que los extranjeros no tenían derechos básicos en los Países mas autoritarios. Para mantener una relativa paz en la tormenta, y asegurar la paz de los peregrinos y comerciantes que debían cruzar los peligrosos caminos luchaban los Shintousin, miembros de un grupo cuya herencia se transfería de padres a hijos con el ideal de mantener la justicia y el equilibrio en el mundo, muchas veces teniendo que combatir contra aquellos que se aprovechaban del débil. El grupo no tenía líder ni unidad más allá del ideal compartido por ellos, pero una vez al año se reunían para renovar el juramento de sangre que aseguraba el futuro del hermético grupo. 

A pesar del reconocimiento que habían tenido los guerreros Shintousin a lo largo de los años, poco se sabía a ciencia cierta sobre la organización, pues había mucho más de leyenda y rumor que de verdad en lo que se contaba por los pueblos que acudían a defender y pocos testigos sabían con seguridad lo que habían vislumbrado sus ojos. Unos decían que el Ogro era capaz de matar solo con una mirada, otros que portaba una enorme espada que necesitaría de dos bueyes para ser movida un metro, y a pesar de que muchas de estas historias fueran ciertas, el desconocimiento de la población sobre el Chakra y las habilidades ninja en general hacían que tendiera a exagerarse. En realidad, los Shintousin eran cuatro Shinobis de élite que seguían con mano férrea las enseñanzas de sus clanes, antiguos y poderosos, combinando sus habilidades hereditarias con lo que ellos llamaban la Maldición, o Akuma Fuin. Este tatuaje que marcaba sus cuerpos de manera diferente según la persona que lo recibiera tenía la función de retener en el interior del guerrero un inmenso mal con naturaleza destructora que equilibrase el increíble poder creador que les habían obligado a mantener oculto.

La historia de estos luchadores de la justicia pasa por etapas oscuras, muy distintas a los últimos años de la organización, llegando en ocasiones incluso a enfrentarlos a unos con otros, pues en su inicio contaban con cuatro templos, uno en cada punto cardinal, y se entrenaban decenas de aprendices cada año, que se esforzaban por ser "bendecidos" con el Sello Akuma y el deber secreto que tan solo los maestros conocían, pero como pasa una y otra vez en la historia del hombre, la avaricia fue mas fuerte que la bondad, y se rompió el círculo de hermandad, muriendo cientos de guerreros, y acabando el conflicto con la destrucción de tres de los cuatro templos, sobreviviendo tan solo el templo del Sur, en las montañas del País de los Ríos. Tan solo cinco Maestros sobrevivieron a la guerra, cuatro de los cuales cuatro decidieron cerrar la hermandad a ojos del mundo, por lo que el oscuro secreto de los Shintousin pasaría a ser tan solo conocido por cuatro personas hasta que llegara el momento de la investidura del siguiente miembro. El Quinto Maestro, el mas poderoso de los supervivientes, no estaba de acuerdo con la decisión que tomaron sus hermanos, y decidió exiliarse, harto de guerra y muerte, perdiéndose en las nieblas del olvido. Desde que sucedió tragedia, que en el grupo que quedó reducido a cuatro miembros por generación sería conocida como la Noche Negra o el Cisma, los supervivientes de la organización que decidieron seguir luchando por el bien de la humanidad se envolvieron en el anonimato.

15 años antes de que Kirigakure y Konoha se alzaran de nuevo como Aldeas Ninja, los últimos cuatro Shintoushin se reunieron por última vez, de nuevo con disputas en el seno de su hermandad, pues a pesar de coincidir con la previsión de que el antiguo peligro se alzaba en las tierras de Iwagakure, no lograron encontrar una solución que agradase a todos. Los dos miembros considerados más poderosos en combate, Uchiha Sagara, el Ogro, y Suitachi Kiryu de las Mil espadas, querían usar su poder poder para someter a la población, aunque el Ogro no toleraría víctimas inocentes el heredero del extinto clan Suitachi no tenía problemas con aniquilar a todo aquel que se le cruzase. Por otro lado, los otros dos Shintousin, miembros más ancianos y versados en la filosofía y economía además del combate, se negaban a usar el poder que habían heredado de sus ancestros para conseguir influencia sobre otras personas.

Poco tiempo después, Sagara el Ogro reveló su secreto al único hijo que engendró, a pesar de no reconocerlo nunca oficialmente, cuyo nombre pasaría a la historia como Norou, famoso por su poder imparable y por ser el Primer Otokage. De boca de su padre, el entonces joven Norou descubrió que la carga que soportaban los cuatro Shintousin era más grande de lo que cualquiera pudiera imaginar, pues cada uno de ellos tenía en su interior una cuarta parte de la llave que encerraba a Anarkía, el Asesino de Dioses de quien las más antiguas leyendas decían que era hijo del Dragón de la Creación, y que aniquiló a todos los dioses menores, dejando tan solo vivos a Byakko, Genbu, Seiryu y Suzaku. Con este oscuro conocimiento, Norou buscó al portador de la llave del norte, y tras obligarle a que le revelase el secreto del Akuma Fuin, lo mató y selló en su interior la herencia. Al no conocer la fórmula completa que sellaba el poder de un dios en la carne humana, Norou quedó maldito más allá de lo que cualquier Shintousin jamás había sufrido, y nunca volvió a ser el joven dedicado a la verdad y la justicia de antaño. El guardián del Oeste acabó por morir sin heredero al que entregar su legado, por lo que esa parte del pacto quedaría olvidada en los límites de los Países de la Tierra y el Viento. Tan solo El Ogro y El maestro de las Mil Espadas quedaban vivos para proseguir su herencia, pero ninguno de los dos entregó su sello a sus herederos, Sagara arrepintiéndose por la muerte a manos de Norou de su compañero y Kiryu negándose a sentenciar a su único hijo, Kirugani, a una vida de peregrinaje y rechazo, conociendo sus habilidades y los planes de los que le hablaba cada noche, al final del duro entrenamiento al que le sometía, sobre unificar a todas las tribus ninjas del País del Agua para restaurar el poder del clan Suitachi.

Así fue como el poder de los cuatro dioses se hizo recuerdo, leyenda y posteriormente olvido, quedando tan solo la profecía pronunciada por el Guardián del Norte antes de morir:


Cuando los cuatro caigan de sus palacios,
cuando las sombras escapen de su prisión,
se hará voluntad de reyes olvidados,
solo la luz traerá una nueva unión.


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